Primer día de la Jornada
Digital Cuautitlán
Por: Mónica Rubalcava
Con una audiencia de
aproximadamente 129 participantes se inició la Jornada Digital, mientras se
esperaba que los jóvenes se conectaran un chico llamado Luis King interpretó a
ritmo de rap canciones de su autoría, animosos e incluso bailando todos los jóvenes
estaban ansiosos de que la Jornada Digital diera inicio formalmente.
Y así se comenzó con una oración
presidida por un chico quien con devoción se dirigió a Dios y a la Virgen
poniendo la Jornada en sus manos.
La audiencia fue dividida en
salas de escucha en donde un moderador preguntó de manera individual a los
participantes de dicha sala sobre un cuestionario, el cual habían respondido
con antelación; todos los participantes dieron su punto de vista muy particular
y compartieron sus respuestas con los demás.
Dicho cuestionario constaba de
cinco preguntas las cuales giraban en torno a una sola palabra:
“deshumanización”. Las preguntas eran las siguientes:
1. En
la Iglesia, ¿te sientes reconocido y valorado como persona?
2. En
este tiempo, ¿Te encontraste a ti mismo? ¿Aceptaste el encuentro o rehuiste?
3. ¿Qué
papel jugó tu experiencia con Dios en ese encuentro contigo mismo?
4. ¿Cuáles
fueron tus actividades habituales en este tiempo de pandemia?
5. ¿Qué
actividades llevan a una deshumanización en la juventud en la Diócesis?
El padre Ángel explicó de manera
eficaz que deshumanización era algo tan sencillo como perder la humanidad, en
donde te privas de tu dignidad, valores, dones, libertad. Cuando una persona se
deshumaniza es privada de su caridad y del amor, ese amor que se refiere a la
verdad y a todo lo que hay en nuestro interior. Hoy en día hay indiferencia,
apatía, egoísmo, pero la realidad es que en las respuestas de los jóvenes se
pudo vislumbrar que no se están alejando de la Iglesia, de Dios, pues sus respuestas
fueron realmente reconfortantes.
Se dice que los jóvenes no
reconocen a Dios, que nada que ver a lo que éramos antes, pero como mencionó el
padre Ángel, “los jóvenes de ahora se toman más en serio a Dios y lo que buscan
es ser libres”.
De acuerdo a sus respuestas,
parece que se está haciendo un excelente trabajo, pues los jóvenes se sienten
reconocidos, parte de la Iglesia, les gusta que la gente en la calle los saluda
y los reconoce y que toman en cuenta sus ideas. Claro que muchos empezaron por
razones diferentes a las de acercarse y conocer a Dios, quizá lo hicieron por
la música, por el coro, o por ver qué, pero ahora (respondiendo a la segunda
pregunta) se han encontrado, muchos tenían problemas, no hablaban de cómo se
sentían, pero al tener ese encuentro con ellos mismos pudieron reflexionar y
descubrieron lo que les gusta y lo que no, pero sobre todo descubrieron a un
Dios de manera diferente. Respondiendo la pregunta tres, han logrado entender
que todo pasa por algo y que deben aceptarlo y vivir con eso.
Los jóvenes de hoy se aman a sí
mismos, descubrieron su espiritualidad y se sienten motivados a seguir el
ejemplo de Dios y ver por otros jóvenes, evangelizarlos, porque si bien algunos
en algún momento se separaron, se han percatado que nunca perdieron la fe y que
por el contrario, regresaron para dar más.
Fue muy grato escucharlos decir
que han descubierto nuevas cualidades en ellos mismos, se acercaron a sus
familias, conocieron las labores del hogar, hicieron ejercicio, estudiaron,
interactuaron con Dios y nunca dejaron de orar a pesar de que en ocasiones y
precisamente por su cercanía a Dios, son juzgados, criticados e incluso
etiquetados, pero aceptan con entusiasmo que deben ser auténticos y que de las cosas negativas se aprende y que
incluso si ellos son los que se equivocan, no deben permanecer en el suelo, no
siempre deben estar remarcando sus pecados, sino que deben reconocer que es lo
que los deshumaniza, aceptarlo, dominarlo y cambiar.